Capitulo Once: Aftersex

- ¿Un trío con La Peligros? –dijo Raúl-. Eso supera con creces todas las absurdidades que nos han ocurrido estas semanas tía.
- Incluso lo del juicio de Mario– dijo Hugo.
- Hostia lo del juicio… yo aún no me lo creo –dije yo.

Estábamos sentados en una mesa del Dietrich, tomando un café. Era un viernes por la tarde. El buen tiempo se empezaba a notar en el ambiente y en las camisetas sin mangas que llevaban los chulazos del GayXample.

Lo cierto es que sí, hice el trío con La Peligros y con B. La cosa fue un completo desastre. Ya me extrañaba a mí que para llegar a casa de B hubieran habido tantas desgracias; lo del ascensor, lo del cubata… y las que vinieron luego. Que si el bote de lubricante vacío, los condones que se rompían, el Popper caducado y sí, cómo no: la lefa en el ojo.
Que yo no sé vosotras cómo lo lleváis, pero una gota de lefa en el ojo QUEMA.

No quise entrar en detalles con mis dos amigos sobre cómo había la cosa con B y La Peligros en la casa. Sólo tenía una cosa que decirles:

- Si no fuera por lo tremendamente gafe que es, La Peligros sería un polvazo.
- ¿Pollón? – preguntó Raúl.
- Pollón. De las gordas sin pelar, como a ti te gustan – le contesté.
- ¿Sin pelar? – preguntó Hugo.
- Sí nena –le aclaró Raúl.- Sin circuncidar.
- Aaaaaah… -dijo Hugo, y le dio un trago al vodka naranja que tenía en la mesa.
- Tías –dije yo- ¿no es un poco pronto para empezar a beber?
- Nunca es pronto si la priva es buena–dijo Raúl, y le pegó un trago a su Gin Tonic.
- Qué hétera te pones cuando hablas de alcohol, so puta – dijo una voz a nuestro lado.

Allí estaba. Cómo no. Era fin de semana y estábamos en el GayXample, así que era inevitable encontrárnosla. De hecho es inevitable encontrársela en cualquier cosa que suene a, lleve el nombre de, huela a gay. La Omni, por Omnipresente. Era como Dios pero nos caía aún peor. Porque lo peor no era encontrársela en todas partes, es que no había manera de quitársela de encima. Lo cual aumentaba esa sensación de que estaba en todas partes porque si te la encuentras en el Circuit Festival todo el pabellón acaba saliendo con la sensación de que no se la ha quitado de encima así que es probable que además de ser omnipresente tenga el don de la ubicuidad y dé por culo en Dolby Digital y en 3D.

- Fíjate, y tú que no pareces hetera ni hablando de fútbol – contestó Raúl.
- ¡Uy! Hétera yo, dice ésta –soltó La Omni, con toda la pluma que pudo, como si quisiera dejar claro que era gay no, lo siguiente – Yo no quiero parecer eso que luego todo se sabe en esta ciudad tan pequeña.
- Sobretodo para un culo como el tuyo –dijo Raúl.
- ¿Qué has dicho? – contestó la Omni, mientras Hugo y yo nos aguantábamos la risa como podíamos.
- Que es que estamos ocupadas ¿sabes? – contestó Raúl.
- ¿Haciendo qué? ¿Buscando a quien os pague la fianza? Que ya me he enterado de lo de ese juicio vuestro…
- Pues muy poco enterada estás, querida, porque lo del juicio al final nada – contesté yo.
- ¿Cómo que nada? Si me ha dicho un pajarito que lo mismo acabáis entre rejas.
- Mira guapa –dijo Raúl- Si yo acabo entre rejas será por haberte matado a ti, no por estrellar accidentalmente mi coche contra el del ex de la petarda ésta.
- Oye nena –dijo Hugo – Sin faltar ¿eh?
- Joder tía, que es con cariño –dijo Raúl.
- Pues eso no es lo que me ha dicho mi amigo el que trabaja en los juzgados…
- Cuántas veces te tengo que repetir –contestó Raúl- Que los hombres que te pagan por chupársela no son tus amigos.
- Tú te crees muy graciosa –le dijo La Omni a Raúl, agitando una mano mientras con la otra sostenía un vaso de Nestea – Pero veremos quién es la que ríe la última.
- Pues tú, como siempre –dijo Raúl – Porque eres la tonta que siempre entiende el chiste tarde.

Ante tal muestra de ingenio (hasta yo estaba sorprendido por las ácidas respuestas de Raúl) La Omni no tuvo más remedio que levantar su cabeza, soltar un “Huh!” entre la ofensa y el ridículo y largarse a la barra, donde había dos maricas que trataban de que no las viera sin éxito.

- Tía, cómo te pasas con ella – le dijo Hugo a Raúl.
- Es que es la única manera de quitársela de encima. Qué agobio de marica. –dijo Raúl.
- Estoy contigo –dije yo – Una vez me la encontré en el metro y me dio tanto por culo que me salté tres paradas porque no me dejaba bajarme sin acabar de contarme no sé qué historia de ella, un lavabo en la Metro y Jordi González.
- ¿Se encontró a Jordi González en el lavabo de la Metro?
- ¡Qué va! Que había estado viendo La Noria y se quedó encerrada en el lavabo y no sé qué se había tomado que estuvo una hora sentada en la taza pensando que la entrevistaba Gloria Sierra mientras el González vomitaba en el baño de al lado.
- Pues no sé qué se tomó –dijo Raúl – pero yo quiero probarlo.
- Bueno tías –dijo Hugo - ¿Al final qué vais a hacer con lo de Mario?
- Pues jodernos y pagarle la reparación. Y tú ya podrías hablar con él a ver si se baja del burro y retira la demanda por acoso – dije yo.
- ¡Ah! ¡Ahora queréis que hable con él! – gritó Hugo, indignada.
- ¡Pues claro, so zorra! –dijo Raúl- es tu ex joder, hazle entrar en razón. Fue un accidente coño, la culpa es de Pedralbes que está construido todo a mala leche.
- Tías, es que tenéis que reconocer –continuó Hugo- que es bastante sospechoso que justo os chocarais con su coche ¡con Laura dentro!
- También es sospechoso que éste –dijo Raúl, señalándome- se acostara con La Peligros y alguien haya decidido omitir los detalles de ese encuentro sexual.
- Mira nena –dije yo- Yo te prometo que te lo cuento, pero ahora no que no me siento con ganas. ¡Que me han demandado! Y encima tenemos a la zorra de la Omni contándoselo a todo el mundo. Seguro que en nada se entera mi madre.
- Pero tía –dijo Raúl- si hoy en día que te demanden es lo más cool que te puede pasar. Con suerte nos hacen una concentración de apoyo en Arena ¿te imaginas? Como cuando detienen a un perroflauta de la UB por tirarle una piedra a un Guardia Urbano o cuando acusan a Garzón de cualquier chorrada inventada para que Rita Barberá conserve los Louis Vuitton.
- Con la diferencia de que yo me lavo el pelo y no llevo un Vuitton colgando del brazo – contesté.
- Bueno nenas – dijo Hugo – Yo intentaré hablar con Maio por lo del coche. Pero estoy seguro de que no me creerá. ¡Si hasta yo no me creo que fuera casualidad!
- Tú cree lo que te salga del coño – dijo Raúl- Si voy a la cárcel saco el blog ése en el que publicamos lo de que íbamos a joderle el coche a Mario y digo que lo escribiste tú.
- ¡Coño! ¡El blog! –grité yo - ¡Si Mario lo encuentra lo usará como prueba de que íbamos a por él!
- Nena ¿pero cómo coño va a encontrar eso? –dijo Raúl.

Hugo cogió su cubata y le pegó un trago tan rápido y tan largo que sólo le faltaba un cartel de neón gigante en la cabeza que dijera “HE HECHO ALGO POR LO QUE ME VAIS A MATAR” para delatarse un poco más.

- ¿Qué has hecho, maricón? – preguntó Raúl.
- Bueno… ¿os acordáis de que me follé a Mario?
- No nena, no nos acordábamos. Total, si todo lo que nos está pasando viene del hecho de que te puso los cuernos y luego te lo follaste, te enfadaste con nosotros, me pegaste una hostia y cuando nos fuimos en coche nos chocamos con él. –dijo Raúl - ¡Menos mal que me lo has recordado HIJADELAGRANPUTA!
- No hace falta usar ese tono tía –dijo Hugo.
- Eso, que luego va y te arrea –dije yo.
- Pues el día que me acosté con él… estuvimos mucho rato hablando y como parecía que la cosa se iba a arreglar entre nosotros…
- Ay Dios… -dije yo.
- No me jodas que se lo contaste –dijo Raúl.
- Sí. Le dije que habíamos pasado el verano planeando vengarnos de él pero que al final todo había quedado en unas risas.
- ¡PEROMIRAQUERESTONTADELCULO! –gritó Raúl, así con tanta rapidez que me sorprende que lo entendiéramos - ¡¡¡Pero cómo se te ocurre!!!
- ¡Es que no pensaba que iba a pasar esto! Además, él se rió y dijo que le hacía gracia lo de la venganza y tal.
- Sí claro, hasta que nos chocamos con él y le descolocamos una cervical a la zorra de tu exmejor amiga – dije yo.
- Oye nena –dijo Raúl, mirando a Hugo – Últimamente por juntarnos contigo nos están pasando muchas desgracias. A ver si la Chari te ha echado un mal de ojo a ti también y eres La Nueva Peligros.
- ¡Tía, no te pases! –gritó Hugo-. Yo lo hice sin querer joder, si hubiera imaginado que podía pasar esto me callo…
- Pues ya me dirás qué hacemos –dijo Raúl-. Seguro que el hijo de puta tiene el blog ya impreso y listo para llevárselo al juez.
- Vais a necesitar un buen abogado – dijo Hugo.
- Sé exactamente a quien llamar –dije yo.

- No tía no –dijo Raúl-. No puedes hacerlo.
- Es necesario –contesté.
- Pero… pero… ¡¡no podemos recurrir a ella!!
- ¿De quién habláis? –preguntó Hugo.
- De una amiga común. Tú no la conoces.
- ¡Y no sabes la suerte que tienes! –gritó Raúl-. Javi, te lo pido por favor. Te lo suplico. Haré lo que sea. Haré la calle si hace falta para pagar un buen abogado. ¡Volveré a acostarme con Imhotep si hace falta! Pero por lo que más quieras…
¡¡NO LLAMES A ALLY MCBEAL!!

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